El aficionado en la dehesa percibiría el pitido de los toros, en el cual se les nota que presienten algo, unas veces la lluvia, otras el calor, según la estación del año.
En el mundo cerrado de la dehesa un pitido del toro avisa del peligro, los demás animales están al acecho, esperan que algo va a pasar.
Cuando por la noche estás en Encina Hermosa y escuchas el reburdear de los toros, primero uno, al rato otro, lo escuchas y te gusta mucho que los mismos se vayan sucediendo.
Otras veces escuchas sus berreos, pueden ser de nostalgia, melancolía, miedo o simplemente de queja.
Los becerros conviene distinguir en su berreo, que el mismo lo realicen con la boca abierta que es del malo, si lo hacen con la boca cerrada, es berreo del bueno, a veces berrean de rabia, se les nota pues es contenido, hondo, demuestran al realizarlo casta y bravura.
Les estoy hablando de "berreos" y la verdad pienso que a ningún ganadero le gusta el berreo en sus animales, lo soportamos y lo admitimos en contadas ocasiones cuando nos encontramos con una vaca tan excepcional que su calidad, hace, que te olvides del berreo.
( LOS COQUILLAS DE CIFUENTES )
DE PEQUEÑA MI ABUELA ME LLEVABA AL CAMPO Y SIEMPRE VEIAMOS LOS TOROS BRAVOS POR ALLI A MI ABUELA LE CAMBIABA LA CARA ME ENCANTAN LOS TOROS BESOS
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