Juan Luis Vassallo el escultor gaditano siguió la senda de renovación que abrieron sus contemporáneos, con una nueva concepción del monumento público en la que prevalece más la creación escultórica.
Gades, la obra más emblemática de Juan Luis Vassallo, nació de la observación de las bañistas en la playa gaditana, donde tantas horas disfrutó con su familia en sus descansos veraniegos y encontró numerosos motivos de inspiración.
Allí hace años, una muchacha que oteaba el horizonte con una toalla en su brazo y la mano en frente. Iluminó al artista, que al cerrar sus ojos imaginó a Gades, símbolo de su tierra natal.
De este modo, en la figura que representada, por una parte, la gran belleza de la mujer gaditana; por otra, la luz deslumbradora de Cádiz en sus entornados ojos, que protege del sol con su mano derecha y, por último, el aire siempre presente en nuestra ciudad, que azota la tela colgada de su antebrazo izquierdo y, al mismo tiempo, agita los cabellos.
Aunque no lo pudo ver realizado en vida, se ha cumplido el deseo de Juan Luis Vassallo de que la obra que tanto cariño trabajo estuviera situada en su ciudad natal mirando al mar.
La imagen original, realizada en escayola en 1948 y premiada con una Primera Medalla en la Exposición de Bellas Artes de mismo año.
Esta figura obsesionó a Vassallo, razón por la que estuvo trabajando en ella hasta el final de sus días, con pequeños retoques que aun pueden distinguirse.
A partir de la misma se han realizado varias piezas originales, cada una de las cuales tiene su razón de ser.
Una réplica en bronce de gran tamaño para que pueda ser vista desde el mar ocupa un lugar destacado en el Paseo Pascual Pery desde 1989.
En el Museo de Cádiz, permanece expuesta una Gades en piedra en la que propio Vassallo trabajó durante toda su vida.
Una reproducción de la obra original fundida en bronce se colocó en 1999 en el Paseo Marítimo de Cádiz.
De este modo, en la figura que representada, por una parte, la gran belleza de la mujer gaditana; por otra, la luz deslumbradora de Cádiz en sus entornados ojos, que protege del sol con su mano derecha y, por último, el aire siempre presente en nuestra ciudad, que azota la tela colgada de su antebrazo izquierdo y, al mismo tiempo, agita los cabellos.
Aunque no lo pudo ver realizado en vida, se ha cumplido el deseo de Juan Luis Vassallo de que la obra que tanto cariño trabajo estuviera situada en su ciudad natal mirando al mar.
La imagen original, realizada en escayola en 1948 y premiada con una Primera Medalla en la Exposición de Bellas Artes de mismo año.
Esta figura obsesionó a Vassallo, razón por la que estuvo trabajando en ella hasta el final de sus días, con pequeños retoques que aun pueden distinguirse.
A partir de la misma se han realizado varias piezas originales, cada una de las cuales tiene su razón de ser.
Una réplica en bronce de gran tamaño para que pueda ser vista desde el mar ocupa un lugar destacado en el Paseo Pascual Pery desde 1989.
En el Museo de Cádiz, permanece expuesta una Gades en piedra en la que propio Vassallo trabajó durante toda su vida.
Una reproducción de la obra original fundida en bronce se colocó en 1999 en el Paseo Marítimo de Cádiz.
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